
Adele defiende a la comunidad LGBTQ+ y regaña a fan en pleno concierto en Las Vegas
Redacción
El concierto de Adele en el Caesars Palace de Las Vegas, la noche del 1 de junio, se puso bastante tenso cuando la cantante británica confrontó a un asistente que insultó a la comunidad LGBTQ+.
Durante el espectáculo, Adele se dirigió al público para dedicar una parte del show a celebrar el Mes del Orgullo, momento en el que un hombre gritó desde el público que «el orgullo apesta».
La reacción de Adele fue inmediata y contundente. Molesta por el comentario homofóbico, la cantante detuvo su actuación y, visiblemente enfadada, respondió: “¿Qué fue eso? ¿Acabas de decir que el orgullo apesta? ¿Viniste a mi puto show y dijiste que Pride apesta? ¿Eres jodidamente estúpido?”.
El regaño continuó con Adele diciendo: “No seas tan jodidamente ridículo. Si no tienes nada bueno que decir, cállate, ¿de acuerdo?”.
El incidente ocurrió durante su residencia «Weekends With Adele», la cual se extenderá durante junio y reanudará en octubre, tras algunos conciertos en otros países como Alemania.
La postura de Adele en defensa de la comunidad LGBTQ+ recibió un amplio apoyo en redes sociales, donde muchos aplaudieron su valentía y solidaridad.
Adele no es conocida por regañar a sus fans en sus conciertos. De hecho, ha demostrado ser una artista cercana y accesible, recogiendo con frecuencia los muñecos del Dr. Simi que le lanzan durante sus shows en Las Vegas.
Sin embargo, cuando se trata de defender los derechos de la comunidad LGBTQ+, la cantante no duda en expresar su firme apoyo. Este compromiso quedó claro cuando ofició la boda de su mejor amigo Alan Carr con Paul Drayton en 2018.
El Mes del Orgullo, celebrado cada junio, es una oportunidad para reconocer y honrar la lucha y los logros de la comunidad LGBTQ+. Adele, como aliada visible y vocal, ha usado su plataforma para promover el respeto y la inclusión, y este incidente en su concierto es un claro ejemplo de su compromiso.
Mientras la identidad del hombre que gritó permanece desconocida, el mensaje de Adele fue claro y resonó entre los asistentes y sus seguidores en todo el mundo: la intolerancia y el odio no tienen lugar en sus conciertos ni en la sociedad.