“Dios te salve, María… y a nosotras, ¿quién?”

Samantha Ortega

Dios te salve, María, llena eres de gracia.
“Bendita tú entre todas las mujeres”… y a las otras, que nos cuide quien pueda.

Llegaron los días en que miles de devotos caminan hacia la Virgen de Guadalupe para agradecer milagros, pedir favores y dejar flores por su cumpleaños del 12 de diciembre. Y mientras ese río de fe avanza, vale la pena detenerse un segundo: ¿qué estamos viviendo las mujeres en pleno 2025, en México, en Veracruz?

Sí, en este estado ya gobierna una mujer. Y aunque eso no garantiza pensamiento feminista —como dice Marta Lamas— nos toca, desde nuestras trincheras, fortalecer cada acción que reduzca las violencias que seguimos cargando.

La semana pasada muchos veracruzanos explotaron por el nuevo requisito para obtener la licencia de conducir: no aparecer en el Registro Nacional de Obligaciones Alimentarias. Las redes ardieron, claro. Pero nadie puede ignorar un dato:

874 carpetas de investigación por incumplimiento de pensión alimentaria en Veracruz.
Son 874 posibles deudores.
Son 874 mujeres maternando solas.
Son 874 infancias creciendo con carencias emocionales y materiales.

¿Es una medida drástica?
No. Es necesaria. Porque no se trata solo de útiles, uniformes o comida. Se trata de niñas y niños viviendo sin una figura paterna presente, sin consejo, sin sostén. Se trata de hogares rotos que la ley tiene obligación de atender.

Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros… porque aquí abajo nos siguen dejando solas.

¿Qué más se puede hacer en Veracruz?

Hoy somos el noveno estado con más deudores. Falta seguridad para denunciar, falta asesoría jurídica, falta que las mujeres dejen de temer perder a sus hijos en una guerra legal donde casi todas creen que están destinadas a perder. Y sí: también faltan recursos económicos para empezar un proceso que puede ser eterno.

La Santa Fiscalía y el Poder Judicial

Vuelvo a la frase de Lamas: cuerpo de mujer no garantiza pensamiento feminista.
Y en la FGE y en el Poder Judicial lo confirman diario.

Cientos de veracruzanas están siendo doblemente violentadas.
Primero por su expareja.
Después por un sistema de justicia obsoleto, machista y corrupto.

La violencia vicaria no es que aumentó: es que por fin se denunció. Antes se veía como normal que un hombre “con poder” —económico, político o moral— amenazara con quitarte a tus hijos si te atrevías a pensar en el divorcio.

Hoy siguen las historias:
“Yo conozco a tal juez.”
“Nadie te va a creer.”
“Yo tengo dinero para quedarme con los niños.”

¿Y por qué alguien en el sistema se prestaría a eso?
Por dinero.
Porque casi medio millón de pesos puede “agilizar” una sentencia.
Porque en la Fiscalía se pierden carpetas como si fueran llaveros.

Por eso, cuando recen un Ave María…

Cuando caminen rumbo a la Basílica, cuando carguen flores, cuando agradezcan milagros… acuérdense de las miles de madres que viven su propio viacrucis.

Las que trabajan jornadas dobles.
Las que no duermen.
Las que llevan solas el peso emocional y económico del hogar.
Las que pelean en tribunales que no quieren escucharlas.
Las que no tienen padrinos, ni dinero, ni influencias.

No recen solo por María, la del Tepeyac.
Recen por María, la que vende pays, la que vende por catálogo, la que deja a sus hijos solos para cumplir con la jornada.
Recen por ellas.
Recen por nosotras.
Y recen por las autoridades que tienen en sus manos el protegernos: Claudia Sheinbaum, Rocío Nahle, Rosalba Hernández, Lisbeth Aurelia Jiménez y Naomi Gómez Santos.

…Y que arda lo que tenga que arder.

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