
El “Efecto Nemo” y el auge de los capibaras en México
Los capibaras se han convertido en un fenómeno viral en redes sociales, películas y productos comerciales en México y el mundo. Sin embargo, expertos advierten que esta popularidad ha provocado un aumento en su venta ilegal, reproducción no controlada y posible explotación, un fenómeno conocido como «Efecto Nemo».
Este término surge tras el estreno de «Buscando a Nemo» (2003), cuando la demanda de peces payaso como mascotas se disparó, afectando sus poblaciones silvestres. Lo mismo ocurrió con pingüinos y lémures tras la película «Madagascar» y, ahora, con los capibaras, que han ganado presencia en la cultura popular, como en la animación premiada “Flow”.
El problema radica en que la demanda de estos animales impulsa su cautiverio, tráfico ilegal y explotación en zoológicos y centros turísticos. Además, al ser animales con necesidades específicas, muchos sufren maltrato o abandono cuando los compradores no pueden proporcionarles los cuidados adecuados.
En México, los capibaras son considerados especie exótica, por lo que su posesión requiere un permiso de la SEMARNAT. Para obtenerlo, se debe demostrar que el animal proviene de una fuente legal y que se cuenta con las condiciones necesarias para su bienestar.
Expertos advierten que la falta de regulación adecuada podría convertir a los capibaras en una especie invasora, afectando ecosistemas locales. La PROFEPA deberá supervisar su uso en atracciones turísticas para evitar explotación y maltrato.
Si bien la popularidad de los capibaras puede generar mayor conocimiento sobre ellos, también conlleva riesgos para su conservación. Lo ideal es que este fenómeno sirva para concientizar sobre la importancia de respetar su hábitat natural, en lugar de fomentar su captura y comercio.