El Kremlin intensifica esfuerzos para reclutar soldados y aumentar la natalidad en Rusia
El gobierno ruso ha intensificado sus campañas para alistar a más hombres en el ejército y aumentar la tasa de natalidad en el país. En medio de una guerra de desgaste en Ucrania, el Kremlin busca reforzar su ejército y asegurar la sostenibilidad a largo plazo de su población, todo mientras enfrenta las consecuencias de una disminución demográfica significativa.
En los últimos meses, las estrategias de reclutamiento militar se han vuelto omnipresentes en Rusia. Se han duplicado las metas de alistamiento de soldados contratados, mientras que nuevas leyes permiten a los acusados de delitos evitar el juicio si se alistan para luchar. Los incentivos económicos también se han incrementado, ofreciendo bonificaciones de más de 4 mil 500 dólares y beneficios adicionales para quienes se unan a las filas del ejército.
Por otro lado, el presidente Vladimir Putin ha declarado el aumento de la natalidad como una prioridad nacional. A corto plazo, la prioridad es conseguir más soldados para el frente de batalla, pero a largo plazo, Rusia necesita más ciudadanos para sostener su economía aislada y, eventualmente, futuras campañas militares. Putin ha ordenado incrementar el tamaño del ejército a 1 millón y medio de efectivos, aunque analistas advierten que esta meta es poco realista debido a la disminución de la población.
El Kremlin ha implementado una serie de incentivos financieros para fomentar la natalidad. Las mujeres que tienen su primer hijo reciben un pago único de 6 mil 700 dólares, y el presupuesto estatal asigna más de 60 mil millones de dólares para apoyar a familias con hijos. Sin embargo, la tasa de natalidad sigue siendo baja: en 2023, Rusia registró el menor número de nacimientos en un cuarto de siglo.
En un esfuerzo por vincular el crecimiento de la población con los valores conservadores, el Kremlin ha impulsado un proyecto de ley que prohibiría la «propaganda del rechazo consciente a tener hijos», con multas de hasta 50 mil dólares para quienes promuevan un estilo de vida sin hijos. Esta medida, que algunos abogados consideran ambigua, ha generado preocupación de que incluso discusiones sobre la depresión posparto puedan ser censuradas.
Desde la caída de la Unión Soviética, Rusia ha experimentado una caída en la natalidad que afecta la capacidad del país para sostener un ejército grande y una economía robusta. Mientras Putin busca enfrentar estos retos, muchos rusos, especialmente las mujeres, se muestran escépticos ante los esfuerzos del gobierno para promover familias numerosas.
“Los funcionarios de Moscú están en su propio universo, pensando que las familias tradicionales son como duendes o algo así”, comentó Arina, una madre reciente de la región de Osetia del Norte, en referencia a la desconexión entre las políticas del Kremlin y la realidad de la vida cotidiana.
A medida que Rusia continúa su guerra en Ucrania, el reclutamiento de soldados parece ser la prioridad del Kremlin, pero la disminución de la población plantea un desafío a largo plazo que podría afectar la estabilidad del país en los años venideros.
