
Francia pide la devolución de la Estatua de la Libertad: ¿broma o reclamo serio?
Un comentario que comenzó como una broma en el Parlamento Europeo ha escalado hasta convertirse en un tema de debate internacional. El eurodiputado francés Raphaël Glucksmann propuso que Estados Unidos devuelva la Estatua de la Libertad a Francia, argumentando que el país norteamericano ya no representa los valores que inspiraron el icónico regalo.
La petición surge en un contexto de tensión política, donde Glucksmann criticó el apoyo de Estados Unidos a gobiernos que, según él, atentan contra la libertad. Además, señaló que Francia estaría dispuesta a recibir a los científicos que han sido despedidos en territorio estadounidense por sus posturas sobre la libertad científica.
Como era de esperarse, la administración de Donald Trump rechazó tajantemente la idea. En una declaración que no tardó en generar polémica, una vocera de la Casa Blanca respondió con una referencia a la Segunda Guerra Mundial:
«Absolutamente no (vamos a regresar la Estatua de la Libertad a Francia). Mi consejo al político francés de bajo nivel es recordarle que solo es por Estados Unidos que Francia no está hablando alemán. Deberían estar agradecidos».
El comentario, además de rechazar la solicitud, encendió aún más la discusión en redes sociales y medios de comunicación.
La Estatua de la Libertad fue un obsequio de Francia a Estados Unidos en el siglo XIX. Concebida por Édouard de Laboulaye en 1865, la obra representaba la amistad entre ambas naciones y los valores de libertad y justicia. Con financiamiento compartido, la escultura fue construida en Francia y enviada a Nueva York en 1885.
Si bien la propuesta de devolución parece más una crítica simbólica que una exigencia real, el debate ha dejado en evidencia las crecientes diferencias políticas entre ambos países.