Jermaine Burton, receptor de los Bengals, involucrado en acusaciones de violencia
Jermaine Burton, receptor novato de los Cincinnati Bengals, enfrenta graves acusaciones por un presunto caso de violencia doméstica y amenazas de suicidio hacia su exnovia, de 19 años. Según reportes policiales obtenidos por ESPN, el incidente ocurrió la mañana del 30 de diciembre, después de una discusión que escaló a actos violentos.
La joven denunció que Burton intentó estrangularla en un pasillo tras una acalorada discusión en su hogar. Más tarde, en la cocina, el jugador habría tomado un cuchillo, colocándolo en su propio cuello mientras amenazaba con suicidarse. La disputa habría iniciado porque la joven se negó a mostrarle un tuit de su pasado.
Aunque la llamada al 911 no derivó en cargos formales, la exnovia reveló que este no fue un hecho aislado. Según sus declaraciones, el receptor ya la había agredido físicamente anteriormente, rompiendo su teléfono y golpeándola, además de intentar estrangularla en otra ocasión.
El historial de Burton incluye incidentes violentos desde su etapa universitaria. En 2022, golpeó a una mujer que ingresó al campo para celebrar la victoria de Tennessee sobre Alabama, equipo al que pertenecía en ese momento. Asimismo, el receptor enfrentó una demanda de desalojo por falta de pago y daños en una propiedad alquilada, donde se le exigieron 10 mil dólares por reparaciones.
El equipo de Cincinnati aún no se ha pronunciado de manera oficial sobre lo sucedido, pero Burton no participó en el último juego de la temporada regular contra los Steelers. La ausencia fue justificada inicialmente como una “decisión del entrenador”, aunque ahora parece estar vinculada a las acusaciones en su contra.
En un comunicado breve, los Bengals señalaron: “Seguiremos evaluando a medida que recopilemos detalles adicionales y no tendremos más comentarios en este momento”.
El caso de Jermaine Burton es un recordatorio de los desafíos que enfrenta la NFL en temas de conducta fuera del campo. Aunque no se han presentado cargos legales, los Bengals y la liga deberán abordar esta situación con seriedad, considerando el impacto en la imagen del equipo y los precedentes de violencia relacionados con el jugador.
