
López Obrador admite producción de fentanilo en México
En una entrevista con el programa estadounidense «60 Minutes» de la cadena CBS, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, abordó temas cruciales sobre narcotráfico, seguridad y cooperación bilateral con Estados Unidos.
Durante la conversación con la corresponsal Sharyn Alfonsi, López Obrador rompió el silencio al admitir por primera vez en cinco años de gobierno la producción de fentanilo en México. Esta admisión sobre un tema controvertido que ha generado tensiones entre ambos países ahora plantea nuevas vertientes en la lucha contra el narcotráfico.
El fentanilo, un opioide sintético altamente adictivo y peligroso, ha estado en el centro del debate sobre narcotráfico y seguridad. López Obrador refutó la afirmación del Departamento de Estado de EE. UU. de que la mayoría del fentanilo proviene de México, indicando que los precursores químicos necesarios para su producción llegan de Asia y que otros países también participan en su fabricación.
El presidente también abordó la violencia relacionada con el narcotráfico en México, argumentando que el país no consume tanta droga debido a sus «costumbres y tradiciones», aunque organizaciones como México Evalúa han señalado lo contrario. Afirmó que el problema de violencia se debe al tráfico de drogas, no al consumo interno.
Una de las posturas más destacadas de López Obrador fue su rechazo rotundo a considerar la comunicación o negociación con grupos criminales. Ante la sugerencia de entablar un diálogo con los cárteles, el presidente enfatizó la aplicación de la ley y descartó cualquier tipo de contacto con delincuentes.
Estas declaraciones podrían redefinir la agenda de seguridad entre México y Estados Unidos, especialmente en la lucha contra el fentanilo y otras sustancias ilícitas. El gobierno estadounidense ha impuesto sanciones a individuos y empresas mexicanas asociadas al Cártel de Sinaloa, acusándolos de participar en operaciones de lavado de dinero derivadas del tráfico de fentanilo.
Las medidas buscan detectar las finanzas del cártel y cortar el suministro de fentanilo a Estados Unidos, así como desmantelar las operaciones financieras de los cárteles que amenazan la seguridad y salud pública en ambos países.