Mamás llegan a Roblox: diversión y crianza en el mundo virtual

Ser madre en la era digital implica adaptarse a nuevas tecnologías, y para muchas, Roblox se ha convertido en una inesperada herramienta de entretenimiento y supervisión. Lo que comenzó como un esfuerzo por cuidar a sus hijos mientras juegan en línea, se ha transformado en una tendencia: mamás disfrutando de antros virtuales, conectando con otras y hasta participando en actividades inesperadas dentro de esta plataforma.

Inicialmente, las madres abrieron cuentas en Roblox para monitorear las actividades de sus hijos en este popular juego en línea. Sin embargo, descubrieron que también podían sumarse a la diversión. Hoy, es común verlas bailando en antros virtuales, organizando fiestas digitales y creando una comunidad única con otras mamás.

Como comentó una de ellas en TikTok: “Entré a Roblox para vigilar a mi hijo y terminé bailando con otras mamás en un antro virtual. Ahora no quiero salir.”

Roblox es más que un simple videojuego. Ofrece herramientas para personalizar avatares, explorar mundos creados por otros, e incluso programar tus propios juegos. Esta versatilidad ha permitido que tanto niños como adultos encuentren en la plataforma un espacio para socializar, aprender y divertirse.

La creatividad dentro de Roblox no se detiene. En Perú, por ejemplo, una iglesia ha comenzado a realizar misas virtuales, demostrando que esta plataforma no solo es un lugar de entretenimiento, sino también un medio para fomentar la conexión y la espiritualidad en entornos digitales.

Para las mamás que buscan equilibrar la supervisión de sus hijos con un momento de diversión, Roblox se ha convertido en una opción inesperada pero efectiva.

Ya sea para bailar, explorar o incluso asistir a misa, este mundo virtual ofrece un espacio para conectar, compartir y disfrutar de nuevas experiencias, mostrando que la tecnología puede ser un puente entre generaciones.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Previous post El «Oxxo del amor» en Boca del Río: una boda para San Valentín
Next post Rocha Moya: “No renunciaré, no hay razones”
Close