Maryfer Centeno vs. Mr. Doctor: el conflicto escala a lo legal

El enfrentamiento entre Maryfer Centeno, grafóloga y analista de lenguaje corporal, y el influencer médico conocido como Mr. Doctor ha desatado una oleada de opiniones en redes sociales y podría llegar a instancias legales.

Lo que comenzó como un debate sobre el trabajo de Centeno ha derivado en acusaciones de violencia verbal y misoginia, marcando un capítulo más en la relación entre la libertad de expresión y los límites éticos en el entorno digital.

Tras recibir calificativos como «charlatana» y «mentirosa» por parte de Mr. Doctor en varios de sus videos, Centeno publicó un mensaje contundente en redes sociales: “NO es libertad de expresión, ES VIOLENCIA EN SU MÁXIMA EXPRESIÓN”. En el mensaje también etiquetó al Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES), buscando visibilizar lo que considera un caso de violencia de género.

La grafóloga compartió un video recopilatorio de los comentarios realizados por el médico y ha republicado mensajes de apoyo que critican el tono utilizado por él. Algunos de estos mensajes enfatizan que, independientemente de la validez de las críticas, el lenguaje empleado constituye una agresión, particularmente hacia una mujer.

La polémica comenzó cuando Mr. Doctor cuestionó públicamente el trabajo de Centeno, quien se dedica a analizar escritura y lenguaje corporal para interpretar rasgos de personalidad. Aunque la grafología tiene aplicaciones en áreas como recursos humanos e investigaciones forenses, también enfrenta críticas por su falta de validez científica. Esto ha alimentado el debate sobre su legitimidad como disciplina.

Por su parte, el médico no solo ha señalado la presunta falta de fundamentos científicos en el trabajo de Centeno, sino que, según sus detractores, ha llevado el asunto a un nivel personal con insultos y descalificaciones.

El conflicto ha polarizado a los usuarios. Mientras algunos defienden a Centeno, argumentando que está siendo objeto de violencia digital, otros respaldan a Mr. Doctor, señalando que sus críticas están enfocadas en exponer las limitaciones de la grafología como práctica profesional.

En medio del debate, surge una cuestión clave: ¿dónde termina la libertad de expresión y dónde comienza la violencia?

Este caso expone el poder de las redes sociales para amplificar conflictos y cómo los límites entre la crítica profesional y la agresión personal pueden desdibujarse. Mientras Centeno se apoya en instituciones como INMUJERES para respaldar su postura, el caso podría convertirse en un ejemplo de los desafíos legales y éticos en el entorno digital.

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