¿Por qué la CIA clasificó un libro sobre el fin del mundo?

Durante casi cinco décadas, «El relato de Adán y Eva: La Historia de los Cataclismos», escrito por Chan Thomas en 1966, permaneció bajo clasificación de la CIA. Aunque gran parte del contenido fue desclasificado en 2013, el misterio detrás de este texto continúa alimentando teorías y debates en redes sociales.

Chan Thomas postula que los polos magnéticos de la Tierra se invierten cada 6 mil 500 años, provocando cataclismos masivos. Según su teoría, los últimos eventos de este tipo habrían ocurrido durante el Gran Diluvio (relatado en la historia bíblica de Noé) y en los tiempos de Adán y Eva, hace 11 mil 500 años. De acuerdo con Thomas, el próximo cataclismo podría ocurrir en cualquier momento, comenzando en Estados Unidos y destruyendo gran parte de la civilización en cuestión de horas.

La clasificación por parte de la CIA ha sido interpretada de distintas maneras:

  1. Evitar el pánico: La publicación de un texto con predicciones apocalípticas podría haber generado temor en la población.
  2. Revisión de contenido sensible: Según el Daily Mail, es posible que se tratara de verificar que el libro no revelara información secreta relacionada con operaciones gubernamentales o investigaciones militares.
  3. Influencia en teorías conspirativas: La naturaleza especulativa del libro ha llevado a su asociación con ideas como la influencia de los OVNIs y fenómenos climáticos extremos.

La comunidad científica ha desacreditado las afirmaciones del libro. Investigadores como Martin Mlynczak, de la NASA, señalan que no hay evidencia física que respalde una relación entre la inversión de los polos magnéticos y los desastres naturales descritos.

La reciente mención del libro en el popular podcast Joe Rogan Experience (2024) reavivó el interés por el texto, provocando que las teorías resurjan en redes sociales. Además, eventos como incendios, derretimiento de glaciares y terremotos se han interpretado como «coincidencias» que confirmarían las predicciones de Thomas.

Aunque el libro plantea un escenario apocalíptico impactante, no hay pruebas concluyentes de que sus afirmaciones sean reales. Sin embargo, el hecho de que la CIA lo clasificara durante tanto tiempo continúa siendo un enigma que alimenta las discusiones.

Por ahora, lo único seguro es que el fin del mundo sigue siendo más un tema de debate que de realidad comprobable.

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