
Red de espionaje expuesta: Agentes rusos utilizaron identidades latinas
Redacción
Una compleja red de espionaje internacional ha sido expuesta, revelando cómo agentes encubiertos rusos se infiltraron en Occidente utilizando identidades latinoamericanas.
Un matrimonio argentino, una diseñadora de joyas peruana y un empresario brasileño resultaron ser agentes ilegales al servicio del Kremlin, según un informe del diario español El País.
América Latina, particularmente países como Argentina, Perú y Brasil, ha sido identificada como un terreno fértil para la creación de identidades falsas por parte de los servicios de inteligencia rusos.
Estas identidades, denominadas «leyendas», permiten a los agentes rusos operar sin levantar sospechas en Europa y América del Norte.
Los métodos para crear estas identidades incluyen la manipulación de registros civiles y el uso de nombres de bebés fallecidos, así como la sobornación de funcionarios en provincias remotas.
El informe subraya cómo la mezcla cultural de América Latina facilita la creación de estas identidades ficticias, haciéndolas creíbles en diferentes contextos internacionales.
El caso más reciente y relevante es el de Artiom y Anna Dultsev, quienes se hicieron pasar por ciudadanos argentinos durante más de una década.
La pareja logró obtener la ciudadanía argentina en 2014 y se mudó a Eslovenia en 2017, donde establecieron negocios de bajo perfil como tapadera para sus actividades de espionaje.
El arresto de los Dultsev en Eslovenia en diciembre de 2022 reveló la sofisticación de su operación, incluyendo la posesión de software de encriptación avanzado y grandes sumas de dinero en efectivo.
Este caso ha generado serias preocupaciones sobre la seguridad nacional, especialmente en Argentina, donde se ha puesto en duda la efectividad de las leyes de naturalización y los acuerdos de viaje sin visa con Rusia.
Según un dossier secreto al que tuvo acceso Infobae, los agentes rusos no solo recolectaban información, sino que también actuaban como intermediarios para otros operativos, incluidos mercenarios, en medio de la creciente presión sobre la inteligencia militar rusa (GRU) tras la invasión de Ucrania.
El caso de los Dultsev no es un incidente aislado. En Italia, una supuesta diseñadora de joyas peruana, María Adela Kuhfeldt Rivera, logró infiltrarse en los círculos sociales de Nápoles y obtener información de oficiales de la OTAN.
Su verdadera identidad como agente rusa fue revelada por una investigación de Bellingcat, tras la cual desapareció sin dejar rastro.
En Brasil, el caso de Gerhard Campos Wittich, un supuesto brasileño de ascendencia austriaca, también ha generado alarma.
Wittich, cuyo verdadero apellido es Chmirev, desapareció a principios de 2022 tras recibir una advertencia de que su cobertura estaba comprometida.
Estos casos han puesto de manifiesto la vulnerabilidad de los sistemas de registro y naturalización en América Latina.
Según fuentes de inteligencia, la diversidad étnica y cultural de la región sigue ofreciendo oportunidades para la creación de identidades falsas, a pesar de los avances tecnológicos y las redes sociales que dificultan cada vez más esta práctica.