Renuncia el Arzobispo de Canterbury, en Inglaterra, tras denuncias de encubrimiento de abusos

El arzobispo de Canterbury, Justin Welby, máximo representante de la Iglesia de Inglaterra y líder espiritual de alrededor de 85 millones de anglicanos, renunció a su cargo en medio de graves acusaciones de encubrimiento de abusos a más de 100 menores.

Su renuncia, anunciada el pasado martes 12 de noviembre, se da tras la publicación de un informe que señala su responsabilidad en no investigar adecuadamente los abusos perpetrados por John Smyth, un abogado vinculado a la iglesia.

El informe revela que durante las décadas de 1970 y 1980, Smyth, miembro de la organización cristiana Iwerne Trust, habría abusado física y sexualmente de decenas de niños y jóvenes en campamentos religiosos organizados por él. Según el reporte, la organización encubrió estos abusos durante años, y el caso se convirtió en uno de los peores escándalos de abuso en la historia de la Iglesia de Inglaterra.

Welby, quien lleva más de una década en su cargo, afirmó sentirse profundamente avergonzado por los fallos de la institución y reconoció que debía asumir la responsabilidad tanto personal como institucional.

«Los últimos días han renovado mi sentido de vergüenza profunda y prolongada por los fracasos históricos de la Iglesia de Inglaterra en su misión de salvaguarda», declaró.

John Smyth, un destacado miembro de Iwerne Trust, organizaba campamentos cristianos en los que se ganaba la confianza de jóvenes y menores, a quienes luego invitaba a su hogar en Winchester para someterlos a castigos físicos, como golpizas con una caña de bambú.

Basado en los datos presentados, algunos menores recibieron hasta 14 mil azotes en un período de tres años, mientras que otros fueron sometidos a hasta 8 mil golpes. Aunque estos hechos fueron denunciados a la policía en 2013, fue hasta una década después que la iglesia aceptó el encubrimiento.

Welby concluyó su declaración con una disculpa pública y una aceptación de los errores que no solo marcaron su administración, sino que también evidencian las graves fallas de la Iglesia de Inglaterra en la protección de los menores en su comunidad.

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