Robert Brooks: un nuevo emblema contra el abuso policial en EE.UU.
La muerte de Robert Brooks, un recluso de 43 años, ha desatado una ola de indignación en Estados Unidos, evocando dolorosos recuerdos de otros casos de brutalidad policial como el de George Floyd. Brooks falleció el 10 de diciembre, un día después de ser brutalmente golpeado por varios oficiales en la prisión de Marcy, en el condado de Oneida, Nueva York.
El caso ganó atención nacional el pasado 27 de diciembre, cuando la Fiscal General de Nueva York, Letitia James, hizo públicos ocho videos de las cámaras corporales de los oficiales involucrados. Las imágenes revelan una escena desgarradora: Brooks, esposado con las manos a la espalda, es trasladado a una sala de reconocimiento médico, donde comienza la agresión.
Los oficiales lo golpearon en el rostro, el pecho e incluso en sus genitales, lo asfixiaron repetidamente y lo forzaron a adoptar distintas posiciones, mientras también introducían objetos en su boca. Estas acciones fueron documentadas en los videos completos y en fragmentos editados, presentados como evidencia preliminar.
La brutalidad documentada ha generado una ola de repulsión en redes sociales y entre grupos de derechos humanos, quienes ven en Brooks un nuevo símbolo de la lucha contra el abuso policial en el sistema penitenciario. “El Sr. Brooks fue declarado muerto en un hospital local tras sufrir una golpiza que no debería ocurrir en ningún lugar, menos en un entorno controlado como una prisión”, señala el comunicado de la Fiscalía.
Brooks cumplía una condena de 12 años por un caso de violencia doméstica ocurrido en 2017. Su traslado desde el Centro Penitenciario Mohawk a Marcy marcó el inicio de los hechos que culminaron en su muerte. La Fiscalía General ha subrayado que la divulgación de los videos no prejuzga la culpabilidad o inocencia de los implicados, pero el material ha encendido el debate sobre el abuso de poder y la urgencia de reformar el sistema penitenciario.
Mientras los responsables enfrentan la investigación, la comunidad exige justicia y medidas contundentes para evitar que tragedias como esta sigan ocurriendo. Robert Brooks podría convertirse en el nombre que impulse un cambio necesario en la lucha contra la violencia institucional.
