El Origen de la Carrera de Melones: Una Tradición Xalapeña que Desafía la Adversidad
Itzel Ortega
Xalapa,Ver.- En una ciudad marcada por la violencia y la adversidad, surge una tradición inusual que ha perdurado a lo largo de una década: la Carrera de Melones. Este singular evento, que comenzó como un proyecto de jóvenes cineastas, ha evolucionado hasta convertirse en una arraigada celebración comunitaria.
En el año 2005, un grupo de amigos conformado por Manuel, Ángel, Tania, Carlos e Iván, todos con menos de veinte años, se propusieron realizar un falso documental sobre una carrera de melones previamente entrenados por sus dueños. Lo que comenzó como una idea excéntrica pronto captó la atención de la comunidad xalapeña.
El primer intento se llevó a cabo al año siguiente, durante las festividades del Grito de Independencia, con tres melones rodando por el empinado puente de Xallitic. La respuesta fue sorprendente: aplausos, chiflidos y apuestas llenaron el ambiente, marcando el inicio de una tradición inesperada.
A medida que pasaron los años, la Carrera de Melones ganó popularidad. En el 2007, participaron veinte melones; para el 2009, la cifra superó los cincuenta. En la edición más reciente, casi doscientos entusiastas entrenadores de melones se congregaron para competir por el título del melón más veloz.
Los participantes se esmeran en la preparación de sus frutas, con una preferencia clara por los melones lisos, conocidos por su agilidad. Un concurso previo a la carrera, titulado «El melón más guapo», añade un toque de humor y creatividad al evento, con participantes disfrazando y decorando a sus melones de manera extravagante.
La lluvia amenazó con interrumpir la celebración, pero los organizadores, verdaderos xalapeños de corazón, afirmaron con determinación en su página de Facebook: «Tenemos 60% de probabilidad de lluvia, sin embargo NO se cancelará la carrera». Una muestra de la resiliencia y el espíritu festivo que caracterizan a esta comunidad.
La final, bañada por el sol, culminó con emoción y alegría. Un melón con una simple carita feliz pintada con plumón se llevó el primer lugar, demostrando que la simplicidad puede ser igualmente efectiva. La competencia fue reñida entre el Totoro y el Jake de Adventure Time en una muerte súbita, pero el Jake emergió como el indiscutible ganador.
Los tres campeones fueron coronados con laureles y premios donados por patrocinadores locales, que incluyeron desde clases de yoga hasta productos artesanales y delicias culinarias. Los melones, que sacrificaron su vida en la pista, fueron donados al comité organizador para ser mezclados con alcohol y servidos en la fiesta de clausura.
A través de los años, la Carrera de Melones no solo ha perdurado, sino que ha logrado tejer una comunidad en medio de tiempos difíciles. En un Xalapa marcado por la violencia y la incertidumbre, esta tradición absurda se convierte en un rayo de esperanza y resistencia.
La retrospectiva fotográfica que acompaña la celebración es un recordatorio de cómo Manuel, Ángel, Tania, Carlos e Iván, jóvenes entusiastas hace una década, han crecido junto a su ciudad, enfrentando los desafíos con valentía y unión. Mientras algunos buscan protegerse con guardias vecinales, estos entrenadores de melones demuestran que la verdadera fortaleza reside en la comunidad.
A diez años de la primera carrera, la edición número 19 fue un éxito. Está casi de cumplir sus 20 años de aventura, la Carrera de Melones continúa desafiando la adversidad y promoviendo la unidad en el corazón de Xalapa. Porque, llueva o truene, los melones seguirán rodando.