
Nueva York implementa obligación de uso de botes de basura oficiales
Redacción
En un intento por combatir las montañas de bolsas negras de basura que abarrotan las calles de la gran ciudad, el alcalde Eric Adams ha anunciado un «revolucionario programa» que obligará a todos los edificios residenciales y comerciales de la ciudad a tener botes de basura oficiales para finales de 2024.
El anuncio fue hecho en una ceremonia simbólica, donde el alcalde Eric Adams demostró su compromiso personal sacando su propia basura, destacando así la importancia de la nueva normativa.
«Las montañas omnipresentes de bolsas negras de basura terminarán en el basurero de la historia», declaró Adams durante el evento. Según el nuevo reglamento, todos los edificios, incluyendo departamentos, oficinas y otros edificios públicos, deberán contar con botes de basura obligatoriamente antes del 12 de noviembre de 2024.
Para aquellos que no cumplan con esta medida, se ha previsto un periodo de gracia hasta inicios de 2025. Las sanciones comenzarán con multas de 50 dólares por la primera ofensa, incrementando a 100 dólares por la segunda y 200 dólares por la tercera.
El alcalde anunció que todos los edificios deberán adquirir el bote de basura oficial de Nueva York, disponible en tres colores y vendido por el gobierno a un precio de 50 dólares. «El nuevo bote de basura oficial de Nueva York es el bote de basura más barato con esta calidad», aseguró el Gobierno neoyorquino. «Botes similares, con llantas y tapa, se venden tres veces más caros».
Una característica crucial de estos botes es que cuentan con tapas, lo cual ayudará a reducir la proliferación de ratas, un problema serio en la ciudad. Además, estos botes son los únicos compatibles con el nuevo sistema de recolección mecanizado que los camiones de basura comenzarán a utilizar.
Esta medida forma parte de un programa más amplio denominado «Trash Revolution», el cual busca gestionar de manera más eficiente las 14 mil millones de libras de basura que Nueva York genera anualmente. El objetivo es reducir el impacto ambiental y mejorar la calidad de vida en la ciudad, eliminando la práctica de simplemente dejar bolsas de basura en las calles.
La respuesta de los residentes ha sido variada. Mientras algunos aplauden la iniciativa por su potencial para mejorar la limpieza y reducir plagas, otros critican la obligatoriedad de comprar botes específicos del gobierno, lo que consideran una carga financiera adicional.
Con esta medida, Nueva York se une a otras ciudades del mundo en la lucha por un manejo más efectivo y sostenible de los desechos urbanos. El éxito de la implementación de los botes de basura oficiales será un punto de referencia para futuras políticas de gestión de residuos en la ciudad.