¿Seguridad? ¿Economía? No, la prioridad de Nicolás Maduro fue adelantar la navidad en Venezuela
Una vez más, el presidente Nicolás Maduro ha generado controversia en Venezuela y en redes sociales al anunciar una medida inusual: adelantar la celebración de la Navidad al 1° de octubre de 2024. Este sorpresivo decreto, que Maduro presentó en uno de los programas de televisión transmitidos en vivo por su gobierno, ha causado revuelo tanto en medios de comunicación como entre la población venezolana.
En el video que rápidamente se volvió viral, el mandatario venezolano declaró: «Está llegando septiembre y dije: ‘Septiembre y ya huele a Navidad’. Y por eso este año, en homenaje a ustedes, en agradecimiento a ustedes, voy a decretar el adelanto de la Navidad para el 1 de octubre. Arranca la Navidad el 1 de octubre para todos y todas. Llegó la Navidad con paz, felicidad y seguridad”.
La decisión de Maduro ha sido recibida con escepticismo. Tradicionalmente, la Navidad se celebra en diciembre, pero esta no es la primera vez que el presidente venezolano decide adelantarla. En años anteriores, también ha realizado cambios similares en el calendario festivo del país, aunque sin ofrecer explicaciones claras para estas decisiones.
El anuncio de este año ha generado aún más polémica debido a su cercanía con las recientes elecciones venezolanas, en las cuales Maduro fue declarado ganador en medio de fuertes cuestionamientos sobre la transparencia de los resultados. Algunos analistas y críticos han sugerido que este adelanto navideño podría ser un intento por parte del gobierno de calmar el descontento social y desviar la atención de las polémicas políticas.
La situación se vuelve aún más tensa al considerar que, apenas el 2 de septiembre, se solicitó una orden de aprehensión contra Edmundo González, quien fue el principal rival de Maduro en las elecciones y es considerado por muchos como el verdadero ganador. Esta coincidencia temporal ha generado sospechas sobre las intenciones detrás de la decisión de adelantar la Navidad.
En medio de este escenario, la población venezolana se encuentra dividida entre quienes ven la medida como un gesto positivo en medio de las dificultades que enfrenta el país y quienes lo perciben como una distracción frente a los problemas políticos y económicos que afectan a la nación.
Independientemente de las motivaciones detrás de la decisión, lo cierto es que Venezuela se prepara para recibir la Navidad en pleno octubre, una festividad que, aunque atípica, promete marcar un nuevo capítulo en la ya compleja historia política y social del país.