Siete veces adiós: una carta de amor al desamor
Nadie te enseña a enamorarte, por lo tanto, nadie te enseña que se siente tener el corazón roto, cuando aprendes es por que lo vives y a veces esa experiencia puede convertirse en arte.
Nadie te enseña a enamorarte, por lo tanto, nadie te enseña que se siente tener el corazón roto, cuando aprendes es por que lo vives y a veces esa experiencia puede convertirse en arte.