Vórtice polar podría provocar un invierno más frío este 2024

Aunque el otoño aún no ha iniciado, los fenómenos que podrían definir el invierno de 2024 ya comienzan a gestarse en el Ártico. Una de las principales preocupaciones es la formación del vórtice polar, un remolino de aire frío que, de acuerdo con expertos, muestra señales de cambios inusuales que podrían afectar el clima en el hemisferio norte.

El vórtice polar es un sistema de aire extremadamente frío que normalmente permanece en las regiones más cercanas al Polo Norte. Sin embargo, cuando este se debilita, el aire gélido puede desplazarse hacia el sur, afectando zonas como Canadá, Estados Unidos e incluso México. Según el meteorólogo Judah Cohen, los modelos climáticos prevén una perturbación inusual en el vórtice polar durante septiembre de 2024, lo que podría ocasionar temperaturas más frías en el oeste de América del Norte.

A pesar de las predicciones, aún no hay certeza sobre cómo se comportará el clima en los próximos meses. La NOAA (Oficina de Administración Oceánica y Atmosférica de EE. UU.) advierte que cuando el vórtice se debilita, el aire polar desciende hacia latitudes más bajas, lo que podría desencadenar olas de frío extremo en algunas regiones. Este fenómeno ya se ha visto en el pasado, con bajas temperaturas en ciudades como Chicago, donde el aire frío ha llegado a congelar el agua en segundos.

Sin embargo, no todos los meteorólogos coinciden en que el debilitamiento del vórtice sea una señal segura de un invierno frío. Muchos factores climáticos actúan como barreras que podrían impedir que el aire ártico llegue a ciertas regiones. Lo que sí es seguro es que países como Canadá, Estados Unidos y el norte de Europa podrían experimentar un otoño con temperaturas más frías de lo habitual.

Por otro lado, en el hemisferio sur, un fenómeno conocido como calentamiento estratosférico súbito está alterando el vórtice polar del Polo Sur, provocando bajas temperaturas récord en la Patagonia y un invierno más cálido de lo normal en Australia.

Las imágenes de la NASA mostraron cambios significativos en la forma del vórtice polar del sur, lo que sugiere que estos fenómenos pueden tener un impacto global en los patrones climáticos.